Aquí no hay nada de nada

Mezclando la narración con representaciones de cabezas parlantes de testigos presenciales, esto cuenta cómo, en julio de 1864, el anciano banquero Thomas Briggs es encontrado muriendo en las vías del tren cerca de Hackney. Le habían golpeado en la cabeza, le habían robado y arrojado su cuerpo del vagón, lo que lo convirtió en la primera víctima de asesinato en un tren. Como resultado, se produce un pánico nacional con respecto a la seguridad de los viajes en tren. En respuesta a una oferta de recompensa del taxista del inspector Tanner, Jonathan Matthews, identifica un sombrero encontrado en la escena del crimen como perteneciente al joven sastre alemán Franz Muller, que ha dejado el país para emigrar a Estados Unidos. Tanner lo sigue y lo arresta, devolviéndolo a Londres para el juicio. Un grupo de ricos radicales alemanes pagan para que lo defienda el abogado John Parry, quien hace todo lo posible para desacreditar a Matthews, un conocido mentiroso y delincuente. También produce una coartada en la forma de la novia de Muller pero, como ella es una prostituta, no logra impresionar al jurado y Muller es ahorcado públicamente. Frederick Wicks, periodista interesado en el caso, expresa dudas sobre la culpabilidad del joven y el caso en sí lleva a cambios en los procedimientos penales